HISTORIA DEL CORPUS CHRISTI

La procesión del Corpus Christi, fiesta grande de Toledo, cumple con las disposiciones del papa Urbano IV que, en 1262, para dar cauce a la creciente devoción por la Hostia Consagrada en la Eucaristía, decretó que se celebrasen procesiones con ella para que los fieles manifestasen su fe. Si inicialmente estas procesiones se limitaban a los templos, pronto salieron a las calles, excitando la religiosidad popular y la participación de todos los fieles.

Aunque fiesta religiosa católica incorporada a su liturgia, la participación de los  creyentes alcanza a todos los estamentos, públicos o privados, no solo religiosos, también civiles e incluso militares. En Toledo la ciudad y sus vecinos se vuelcan desde 1342 para lograr que la presencia y la participación de todos sea lo más esplendorosa posible, discurriendo por la ciudad cuajada de adornos y siempre bajo la presidencia del Arzobispo y cumpliendo lo dispuesto por del Cabildo Catedralicio, como responsable del orden y protocolo procesional. En total, más de 60 partícipes diferentes entre los que se cuentan hermandades, cofradías, instituciones, corporaciones públicas y privadas, animadas por varias bandas musicales, civiles y militares. Acuden a expresar su devoción desde todas las parroquias, incluso desde tierras lejanas.

El protagonismo de la Sagrada Forma se enaltece por su exposición en el interior de una custodia procesional que es una de las grandes joyas que la fe ha creado para expresar la mayor  devoción y respeto, la custodia de Enrique de Arfe. Creada por disposición del cardenal Cisneros a principios del siglo XVI como una torre gótica calada, se compone de 183 kg de plata y 18 kg de oro, con 5.600 piezas sujetas con 12.500 tornillos y adornada por 260 pequeñas  esculturas.

Todo lo largo del recorrido se cubre con toldos, para proteger la Sagrada Forma según pide la liturgia, y las calles en las que discurre, perfumadas con hierbas olorosas sobre el pavimento y en guirnaldas colgantes, se adornan con motivos de todo tipo: luces en faroles artísticos, flores formando ramos coloridos y olorosos, ricas telas adornadas, sean mantones, reposteros, banderas y otras colgaduras, además de otros muchos adornos de todo tipo. Para conseguir que todo esté a punto para ese día, las instituciones  religiosas y civiles cuentan con la colaboración de la Junta Toledana pro-Corpus Christi, institución altruista con más de medio siglo de existencia engalanando la ciudad.

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